20090106

... Carajo.

    Cuando la vio allí, sola esperando el autobús supo que sería ella. Sabía que esto no era algo más sabía que esto iba a ser diferente, especial, excepcional. El siempre había sido muy metódico contó 26 pasos exactos de su posición hasta donde estaba ella, sentía que tenía alas en los pies, ya no controlaba el sus movimientos el solo era el instrumento. Solo se le acercó y susurró a su oído lo que ya había preparado. Lo había reconocido como un amigo de su juventud, emocionada lo saludó esperando que siguiera siendo ese joven callado y encantador que había conocido en la preparatoria... No se equivocaba. El sabía su juego, no perdió el tiempo y la invito a cenar. Quedaron ese mismo día, ambos (bueno, por lo menos el) sabían en que iba a terminar ella siempre lo había considerado atractivo y el siempre la había considerado perfecta. Se vieron en la casa de el, una pequeña construcción en un barrio tranquilo, pequeña y silenciosa. El había preparado la cena, un delicioso manjar, pero la cena no era lo importante, ambos (bueno por lo menos el) lo sabían. Empezaron a recapitular desde que se habían dejado de ver, el apenas tocó su comida, tenía hambre pero otra variedad ambos (bueno, por lo menos el) lo sabían. La conversación iba justo donde el quería. Ella ya había bebido lo suficiente. Ella hizo el primer movimiento justo como el esperaba. Solo lo besó sin importarle subirse a la mesa.  El esperaba, ya no controlaba sus movimientos, solo era el instrumento. Ella le pregunto que si solo iba a ser sexo o si siempre hubo algo más.
-Siempre hubo algo más- Clavó la mano de ella a la mesa con un cuchillo- Siempre fue algo más.
Ella gritó e intento tirar la mesa, pero era inútil, estaba pegada al piso.
-Siempre fue algo más- Se acercó y mordió su cuello y arrancó un pedazo que mordió y tragó sin más. Ella ya no podía gritar, sabía lo que le esperaba, solo esperaba desangrarse lo más antes posible.
 Manchado de sangre, su rostro perdía su usual apariencia de madurez y solo parecía un niño al que se le ha dado lo que pidió para navidad. Ella ya había muerto el solo se arrodilló y agarró su pierna la olió hasta llegar a su nívea rodilla y mordió, y por fin, empezó a comer. Tal como esperaba, cuando la vio allí sola esperando el autobús, supo que iba a ser ella.
 Terminó de comer, se limpió la boca y soltó un sonoro eructo.
-... Carajo, que buena cena-
 Apagó la luz y abrió la puerta del patio para que entraran sus perros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Déjate... el pedo fue al cagarla.

miffie.melon dijo...

no pinchs mams si es cierto haha