Sabes que te estás volviendo loco de encierro cuando empiezas a agarrarle amor a los objetos y hasta a platicar con ellos e inventarles historias. Como el camarón vampiro que deambula por la casa hablándole a los cuadros y sonriéndole (?) a la vajilla de mi mamá. Dice que ha platicado con mi computadora, que le dijo que deje de bajar porno. Que es amigo íntimo del Che Guevara, pero eso es mentira, todos sabemos que el camarón vampiro es de ultra-derecha. ¿Qué como lo conocí? A bueno, pues estaba yo en Xalapa y lo vi en la plaza, como me pareció un buen regalo me lo traje pa'ca para dárselo a una pretendida, pero cuando regresé, otro había pretendido a mi pretendida así que el Camarón se quedo a vivir conmigo y jamás se recuperó del rechazo de esta mujer. Y aunque ya ha tenido muchísimas relaciones a veces se mete en una bolsa de regalo y me pide que lo lleve a casa de la susodicha, es como su forma de pedirme que lo mate. Y como se quedó en mi cama yo tuve que dormir en el sofá pues había crecido una rivalidad entre los dos por la programación de la T.V. y no podíamos estar juntos, pero un día llegué y no había ni luz ni teléfono ni gente en mi casa, sólo el. Y así empecé a platicar con el y me contó su vida, desde que nació con esa familia de inmigrantes rusos hasta la vez que lo secuestre para dárselo a aquella ingrata.
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