20090402

Demasiado Tarde.

Jamás pensamos, ninguno de los dos, que llegaras a ser parte tan importante de mi. Pensé que era como todo lo demás frío, vacío. Que equivocado estaba. Te vi por primera vez y no fue amor a primera vista, lo sabes, yo andaba con alguien más y tu simplemente pensabas en otras cosas, jamás hablamos, ni siquiera estábamos conscientes de que el otro existía. Yo me sabía tu nombre porque siempre pasabas por tu diploma de buenas calificaciones (Te acuerdas como te molestaba diciendo que era tu vale de despensa haha) y tu sabías quien era yo, porque tenía un yeso en el brazo, en realidad ni siquiera estoy seguro de eso, siempre he pensado que a la gente la quieres, pero sólo la notas con una gran ligereza y que jamás te aferrarías a alguien si su felicidad dependiera de irse, eso era lo que más admiraba de ti. Yo siempre fui frío, siempre lo he sido, así me ha hecho mi ambiente pero tu desde que te conocí fuiste cálida conmigo y eso me atrajo a ti, que no eras como yo.


Hablamos una vez cuando íbamos en inglés juntos el año pasado, y sólo me caíste bien, pero te me hacías atractiva y te quería invitar a salir, jamás pude, no tuve el valor y cuando lo tuve regresé con esa persona. Después pasó un año y mi vida había cambiado demasiado, me quedé solo y la gente ya no era lo que solía ser. De repente, un día, me faltaba algo de Salud (la materia) y como sabes yo no tenía libro. Así que me senté junto a ti y una amiga tuya, empezamos a platicar y te conté mi historia de porque mi vida se había vuelto una mierda tan ipso facto, tu sólo me decías que tenía mucha razón, en ese momento yo no sabía que habías pasado por algo similar, así que simplemente seguí hablando. Terminó la clase y me despedí sin haberle dado mucha importancia a la plática, aún tu no sabías nada de mi, ni yo de ti.

Pasó el tiempo y yo seguí mi vida, superando poco a poco mi duelo, en ese lapso no sé como nos volvimos amigos, y platicábamos cada vez más y más, hasta que por fin (lo que son las cosas) se podría decir que me gané tu confianza y tu la mía. Un día hablábamos de una película que habías visto y que te gustó, a mi ni el libro me había gustado, pero te mentí (Si, ahí empezó todo) y te dije que la quería ver, tu dijiste que tenías ganas de volverla a ver, y le pedí a una Vianey que te invitara a verla con ella, Néstor y yo. Aceptaste, pero tu no tenías ni idea de que me habías empezado a gustar. Ni yo.

Fuimos y te compré un helado, te veías preciosa en tu blusa negra sin mangas y tus botas haciendo juego, con tu pelo suelto sobre tus hombros. Cuando te vi enfrente de mi, sentada a lado de Vianey en ese sillón rojo, supe que me gustabas. Pero decidí no decírtelo aún, por lo menos no, hasta estar seguro.
Todo siguió normal, pasaron los días y el salón decidió hacer una fiesta, tu ibas a ir, yo no. Esa semana me había regresado la depresión y decidí quedarme en mi casa. Pero Vianey no, y fue. Platicaste con ella y le preguntaste por mi, ella se emocionó y me llamó diciéndome que fuera porque ella ya sabía que me habías empezado a gustar. No pasaron ni 15 minutos y yo ya estaba bañado y vestido frente a la fiesta sin dinero para regresar a mi casa.

Llegué, y tu estabas algo triste, no dijiste nada pero yo lo sabía. Decidí quedarme contigo toda la fiesta, ¿Te acuerdas que platicamos toda la noche? ¿Recuerdas cuando derramaste tu refresco sobre mi sin darte cuenta? Nos reímos mucho, y esa noche hacía frío y llevabas una bufanda café. Yo estaba jugando con unas monedas en mi bolsillo y tu estabas diciéndome algo de la escuela cuando te interrumpí y te dije: Me gustas. Tu sólo te me quedaste viendo y no dijiste nada, yo no sabía que hacer así que seguí hablando, y me dijiste que tal vez estaba confundido por todo lo que había pasado, tenía miedo de que me dejaras de hablar, pero me dijiste que no lo ibas a hacer, que yo era tu amigo.

Pasó el tiempo y decidí invitarte a salir, fuimos un viernes a ver un remake de una película de ciencia ficción, yo me la pasé muy bien, pero tu estabas triste, sabías que yo no era lo mismo que el. Y eso te dolía, pero tampoco querías que yo fuera así. Pero aún así te la pasaste mal. Llegué a mi casa y decidí poner mi celular en reproducción aleatoria y me dormí pensando en ti mientras escuchaba simple man de Lynyrd Skynyrd, siempre pensabas que tenía gustos rarísimos en música, nunca lo dijiste.
Después de el intento fallido de tener una cita contigo, vinieron muchas más. Vimos toda la cartelera de vacaciones de invierno juntos y nos divertimos muchísimo. Tu cada día te veías mas hermosa y yo cada vez empezaba a aceptar que te estaba empezando a querer.

Llegó el fin de año y decidí hacer algo que jamás haría por alguien que no quisiera, decidí que no quería que me cobraran por hablar contigo. Así que regresando empezamos a hablar más por teléfono y nos llevábamos mejor que antes, tu ya me habías dicho que yo te gustaba y en mi no había duda alguna que te quería. Un día estábamos haciendo tonterías en el salón y tu te hiciste la indignada y me dijiste, No, ya déjame. Yo sólo te abrasé, te di un beso en la mejilla y te dije, Yo nunca te voy a dejar. Sólo callaste y sonreíste y seguiste abrazándome.

Sólo llegó un día de aquellos y decidimos ser algo más que amigos, pero aún sin formalizar los nuestro, así que salimos y yo decidí tomar tu mano por primera vez y subimos las escaleras de la plaza tomados de la mano.

Pasó el tiempo y un día hice algo que tu no le hubieras perdonado a nadie que no hubiera sido yo en ese momento, y me dijiste que no lo volviera a hacer, y así lo hice, te demostré que podías confiar en mi, jamás lo he vuelto a hacer, porque te quiero, te respeto y porque aún me importas demasiado.

Pasó el tiempo y todo parecía que iba a terminar en el clásico "vivieron felices para siempre" pero sabemos que a la gente como yo no le pasan esas cosas. Así que llegó un martes, y simplemente me dijiste que no me querías como pensaste que lo hacías, y que no me querías lastimar más. Yo siempre lo supe, pero tu me decías que si, y decidí creerte, mas por cariño a ti que para mentirme. Y yo no supe que hacer, me rompiste la madre al decirme eso, me desesperé, te dije que la persona que yo era contigo había muerto, y no te mentí, en ese momento una parte de mi se fue con el cariño que tu pensaste tenerme, y me sentí como mierda, jamás te dije, pero me sentí muy mal, pero aún así te quería, y tontamente me aferré a ti. Pero ya era demasiado tarde.

Decidí alejarme, pero no pude, en las miradas furtivas notaba que tu estabas triste, y no podía dejarte así, yo nunca te iba a dejar ¿Recuerdas?
Así que me acerqué poco a poco, pero ya no era el mismo, tenía muchas dudas que no se iban y tu no podías con mis dudas y decidiste dejarme ir. Yo no era el de antes, y tu no sabías quien era y te alejaste, no físicamente, pero tu corazón ya estaba en otro lado, siempre lo supe. Decidiste perderme la confianza, aún después de esta tonta historia, aún después de que yo te haya jurado que no te iba a dejar, me quedé llorando y me sentí muy solo, y aún te quería, pero no sabía que hacer. Tus amigos se veían felices, por fin iban a deshacerse de ese tipo que hacía que te salieras de tus casillas con su inseguridad y sus dudas.

Hoy te abrasé como antes, al menos lo intenté y te dije: Soy yo. Pero tu ya no creías en mi. Por mi culpa, por mis dudas. Me despedí de ti, pero tu ya te habías ido de mi, por fin el dolor me había hecho cambiar, pero ya era demasiado tarde. Tu ya no estabas conmigo, tu no sabías quien era yo. Ya no sabías si aún te quería, y yo ya no sé quien soy, sólo se que aún te quiero, y que ya no vas a regresar. Que otra vez hice todo bien, pero lo hice demasiado tarde.

2 comentarios:

miffie.melon dijo...

se llama crecer...
iguanas siempre, para llorar y mascar(:

Cerrado dijo...

Iguanas Ranas :) mascando por todos lados, literalmente.