20090424

Entre la playa y el cielo.

Estoy enamorado de una perra ingrata que se llama Coatzacoalcos, pueblo bicicletero con gente grosera e ignorante que se estaciona en doble fila y que piensa que Hegel es una marca de helados alemanes. Siempre elitistas, la cultura se considera un lujo y los lujos significan superioridad, siempre grosera la gente, la playa sucia y los jóvenes ebrios, sé que siempre hablo de Desolation Row, pero creo que Dylan vino a Coatzacoalcos y vio el malecón, siempre en movimiento y alegre, pero hay más de lo se ve superficialmente, jóvenes y adultos que se han abandonado ya sea por atención o por hastío, es un inconformismo destructivo el que describe a los habitantes de Coatzacoalcos. Y me caga, pero me siento en el hemiciclo a los niños héroes a ver las escolleras y a los barcos disque pasando y me pongo a pensar que no podría ser feliz en otro lugar en mi situación, porque Coatzacoalcos es el único lugar del mundo en el que no importa que tan mal estés siempre habrá por lo menos alguien más pendejo que tu.

Si. No está tan mal la ciudad.

1 comentario:

miffie.melon dijo...

maldito lugar,es como una droga